Acerca de la muerte de su marido y gran amor, habla Elizabeth Lippi (81).
“Pancho fue el gran y único amor de mi vida. Nos conocimos a los 14 años en una fiesta y duramos 60 casados. Él no era de esas personas que siempre se andan riendo. La gente siempre nos decía que por eso llevábamos tanto tiempo juntos; porque yo hablaba hasta por los codos y él era introvertido.
A Pancho le dio un hematoma en el cerebro y empezó a hacerse muy dependiente mío. Cuando flaqueó demasiado, tuvimos que contratar a otra persona para que me ayudara. Eso me alivió mucho, pero en las noches era yo quien lo llevaba al baño o la que le hacía su pedicure y manicure. Recuerdo el cansancio físico de ese tiempo, pero recuerdo también haberlo tratado siempre con mucho cariño.
Un día se le estaban poniendo los labios muy morados y lo llevamos a Urgencias. El doctor nos dijo que tenía un tumor en el colon. Y que se veía maligno. El 29 de enero de 2019 Pancho falleció. Después de su muerte tuve la tranquilidad que da el haber hecho todo lo posible por salvarlo. La verdad es que no hay de qué quejarse; él tenía 89 años, no 20.
Me he tomado su partida sin pena porque sé que, en el fondo, seguimos juntos. De hecho, todos los días pongo dos individuales en la mesa, igual a como lo hacía cuando él estaba aquí conmigo. Siento su presencia.
Tengo claro que probablemente la próxima en morir sea yo, y eso no me da miedo. No creo que sea tan terrible como la describen algunos literarios, esos que hablan del túnel. Tengo más bien la idea de un éter. De un paso al más allá, a lo desconocido, a un estado distinto”.
Fotos: Constanza Miranda