A medida que envejecemos, algunos órganos se vuelven más vulnerables. Uno de ellos son los riñones, cuya función es filtrar toxinas y mantener el equilibrio del cuerpo. Es usual que con el paso de los años esta función comience a deteriorarse, muchas veces sin síntomas evidentes, lo que deriva en enfermedades renales en adultos mayores.
Por esa razón, estas requieren especial atención. Detectarlas a tiempo y acompañar el tratamiento puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida.
Enfermedades renales en adultos mayores: ¿por qué los riñones se afectan con la edad?
Con el paso del tiempo, el flujo sanguíneo hacia los riñones disminuye y estos órganos pierden masa. Además, hay factores que aumentan el riesgo de daño renal en la vejez:
- Hipertensión
- Diabetes
- Enfermedades cardíacas
- Uso prolongado de ciertos medicamentos
- Deshidratación frecuente
Es por eso que en el contexto de la geriatría, el monitoreo de la salud renal es fundamental. Un geriatra puede evaluar los factores de riesgo, pedir exámenes adecuados y establecer un plan de seguimiento personalizado.
Enfermedades renales comunes en personas mayores
Estas son algunas de las enfermedades renales más frecuentes en la etapa adulta mayor:
Enfermedad renal crónica (ERC)
Es una de las condiciones más frecuentes en personas mayores. Se trata de una pérdida lenta y progresiva de la función de los riñones, que puede avanzar durante años sin mostrar síntomas claros.
Los riñones dejan de filtrar correctamente, lo que genera acumulación de toxinas en el cuerpo.
Síntomas comunes (cuando aparecen):
- Cansancio constante o debilidad
- Hinchazón en piernas, pies o cara
- Orina espumosa o con cambios en la frecuencia
- Picazón persistente en la piel
- Náuseas o pérdida del apetito
Es una enfermedad silenciosa, por eso se recomienda hacer chequeos preventivos, especialmente en personas con hipertensión o diabetes.
Infecciones urinarias recurrentes
Las infecciones urinarias son más frecuentes en la vejez, especialmente en mujeres. En adultos mayores, muchas veces no generan dolor al orinar, como suele pasar en personas jóvenes.
Cuando no se tratan a tiempo o se repiten con frecuencia, pueden extenderse hacia los riñones y generar daño.
Síntomas a tener en cuenta:
- Fiebre sin causa aparente
- Confusión o desorientación repentina
- Orina con mal olor, turbia o con sangre
- Incontinencia nueva o aumento en la urgencia para orinar
Insuficiencia renal aguda
Es una pérdida repentina de la función de los riñones. Puede ocurrir por una deshidratación severa, infecciones, caídas con sangrado o como efecto de medicamentos.
Síntomas de alerta:
- Disminución brusca en la cantidad de orina
- Hinchazón rápida en todo el cuerpo
- Presión arterial baja
- Fatiga intensa y confusión
- Náuseas o somnolencia
La buena noticia es que, si se detecta a tiempo, puede revertirse con tratamiento médico oportuno.
Cálculos renales
Son pequeños cristales (piedras) que se forman en los riñones y pueden causar mucho dolor si se desplazan por las vías urinarias. Aunque son más comunes en hombres, pueden afectar a cualquier persona mayor, sobre todo si toma poca agua o tiene antecedentes familiares.
Síntomas frecuentes:
- Dolor intenso en la espalda baja o costado
- Dolor al orinar
- Orina con sangre
- Náuseas y vómitos
- Fiebre si hay infección asociada
Beber suficiente líquido y tener controles médicos regulares puede ayudar a prevenirlos.
¿Qué señales deben alertar sobre enfermedades renales en adultos mayores?
Estas son algunas señales que pueden indicar un problema renal en una persona mayor:
- Fatiga constante o debilidad sin causa claraç
- Hinchazón en piernas, tobillos o rostro
- Cambios en la orina: color, frecuencia o cantidad
- Náuseas o falta de apetito
- Presión arterial elevada
- Picazón persistente o calambres
Si observas alguna de estas señales, es importante consultar a tiempo. Contar con un servicio de salud a domicilio puede ayudar a evaluar estos síntomas sin tener que trasladar al paciente, especialmente si tiene movilidad reducida o se siente débil.
¿Cómo se diagnostican y tratan estos problemas?
El diagnóstico de enfermedades renales se realiza mediante:
- Análisis de sangre y orina
- Estudios de creatinina y tasa de filtración glomerular
- Ecografías o imágenes diagnósticas
El tratamiento dependerá de la causa, pero puede incluir medicamentos, control de la presión arterial, cambios en la alimentación y, en casos más complejos, diálisis.
En Situ contamos con enfermeras a domicilio que pueden apoyar en el seguimiento de tratamientos, administración de medicamentos y toma de exámenes, directamente en el hogar.
La importancia de acompañar y prevenir
Las enfermedades renales pueden avanzar de forma silenciosa. Por eso, la detección temprana y el seguimiento ayudan en la prevención. En la vejez, cada pequeño síntoma cuenta, y acompañar con calidez y atención médica puede evitar complicaciones mayores.
Ya sea con controles periódicos, exámenes a domicilio o el acompañamiento de una enfermera o un geriatra, en Situ estamos para ayudarte a cuidar a tu familiar mayor con confianza, respeto y profesionalismo.