Las personas mayores de 65 años suelen preguntarse si deberían empezar a ver a un geriatra en lugar de su médico general o de atención primaria, ya que sus necesidades de salud tienden a cambiar y volverse más complejas con la edad.
¿Qué es un geriatra?
Un geriatra es un médico especializado en medicina interna que ha recibido formación adicional específicamente para tratar a adultos mayores. Aborda tanto problemas médicos como psicológicos específicos de esta etapa de la vida. Su enfoque integral incluye diagnosticar y tratar condiciones relacionadas con la edad, como pérdida de memoria, fragilidad o incontinencia, además de brindar orientación para prevenir complicaciones y manejar las consecuencias sociales que pueden afectar el bienestar de los adultos mayores.
Principios clave de la medicina geriátrica:
- Enfocarse en evaluar, preservar y optimizar la capacidad funcional.
- Reconocer cómo los factores de vida (estilo, exposiciones, acceso a salud) influyen en la vejez.
- Manejar síndromes geriátricos y problemas complejos como fragilidad, múltiples enfermedades y uso excesivo de medicamentos.
- Fomentar la colaboración entre especialidades para mejorar el cuidado de los mayores.
- Brindar atención personalizada basada en necesidades y prioridades del paciente.
- Tomar decisiones compartidas con equipos interdisciplinarios.
- Promover el confort y la dignidad del paciente.
- Considerar las implicaciones del envejecimiento biológico.
- Incluir prevención, manejo de enfermedades agudas y cuidado de condiciones crónicas.
- Integrar el cuidado en diferentes entornos, desde la comunidad hasta hospitales y centros de largo plazo.
¿Por qué alguien mayor de 65 años debería considerar ver a un geriatra?
A menudo, a medida que envejecemos, aumentan los problemas médicos. Con esto, también aumenta la cantidad de medicamentos que tomamos, junto con los efectos secundarios y las interacciones entre medicamentos. Aunque la mayoría de los internistas y médicos de familia pueden manejar estas situaciones, hay momentos en los que alguien con experiencia en coordinar múltiples especialistas, exámenes, historiales médicos y medicamentos puede ser de gran ayuda.
Una consulta con un geriatra puede ser útil si tú (o un ser querido) están manejando múltiples problemas médicos como pérdida de memoria, frecuencia urinaria o incontinencia, enfermedad de Parkinson, caídas, artritis o polifarmacia (demasiados medicamentos). Puede resultar abrumador. También puede ser beneficioso para alguien que es bastante frágil, tiene dificultades para realizar sus actividades diarias o desea discutir decisiones relacionadas con el “final de la vida”.
Sin embargo, no todas las personas mayores de 65 años necesitan ver a un geriatra. La necesidad depende más de la cantidad y complejidad de las condiciones médicas de la persona que de su edad cronológica. Tu médico de atención primaria puede ayudarte a determinar si el cambio a un geriatra es adecuado para ti.
¿Cómo puede un geriatra ayudar a una cuidadora de personas mayores?
Las cuidadoras que necesiten ayuda para desarrollar un plan de cuidado para padres o familiares mayores pueden considerar a un geriatra como el coordinador del equipo de atención médica de sus seres queridos. Ese equipo puede incluir un psiquiatra, un trabajador social, una enfermera y/o un kinesiólogo.
Los geriatras también pueden ayudar a los cuidadores a decidir si la casa actual de la persona es la mejor opción en este momento o si se necesita más apoyo para garantizar la seguridad.
¿Qué puede esperar un paciente en un examen físico o de bienestar con un geriatra?
La medicina geriátrica se basa en una evaluación integral y manejo de personas mayores que experimentan una disminución o pérdida significativa de su capacidad intrínseca. Su objetivo es minimizar estas pérdidas y sus efectos en las habilidades funcionales para mejorar la salud y calidad de vida. Esto incluye menor morbilidad, reducción de muertes prematuras, mejor experiencia de atención, menor uso de hospitales y menos dependencia de cuidados institucionales como residencias u hogares para adultos mayores.
Ante una evaluación geriátrica integral, es fundamental que los pacientes o cuidadores lleguen preparados a las consultas con una lista de preguntas sobre temas médicos clave, incluso si aún no han experimentado problemas en esas áreas.
Aspectos importantes para consultar con un geriatra incluyen presión arterial, colesterol, densidad ósea, peso, audición, visión, estado de ánimo y vacunas, entre otros. Estos temas deben revisarse continuamente, ya que los geriatras pueden identificar señales tempranas de problemas y prevenir que se agraven. Además, su enfoque personalizado permite adaptar las intervenciones a las necesidades específicas del paciente, coordinando con otros especialistas geriátricos cuando es necesario para ofrecer un cuidado más avanzado.
¿Cómo trabajan juntos los especialistas en geriatría de Situ para brindar atención a los pacientes con múltiples problemas médicos?
Nuestro equipo integral de Situ está compuesto por médicos y enfermeras geriátricas, así como psiquiatras geriátricos, kinesiólogos, terapeutas ocupacionales, etc. Todos ellos con experiencia en los desafíos físicos, mentales y emocionales del envejecimiento. Juntos, proporcionamos un enfoque holístico para apoyar un envejecimiento saludable a través de atención primaria y especializada, ofreciendo tratamiento para todo, desde el manejo de la presión arterial hasta la depresión, pasando por evaluaciones prequirúrgicas, rehabilitación y atención a largo plazo.
Nuestro objetivo principal es ayudar a que los pacientes se mantengan saludables e independientes, y garantizarles a ellos, sus familias y cuidadores una mayor calidad de vida a medida que envejecen.